lunes, 26 de octubre de 2009
Porque odio a Coldplay...
domingo, 11 de octubre de 2009
Salud...
Escribo poco, y es menos lo que termina gustándome, pero este relato contiene elementos que me harían leerlo son no fuera mío, es algo pseudo optimista, con tintes un poco depresivos, espero que les guste a ustedes también.
SALUD
Celebraciones, reuniones, una festejada, mayoría de edad, familia completa, restaurante italiano, mesa para seis, pero una silla vacía, miles de kilómetros de distancia o una espera larga para que esa silla se ocupe. Llega el mesero, reviso la carta, lo único que quiero no se encuentra disponible, me mata, llanto atorado, todo el llanto guardado durante años vampíricos, deshidratan mi alma en este instante. Angustia, dolor, deseo, todo en la misma mesa, en la misma silla, la que ve al resto de los invitados con caras sonrientes y de festividad absoluta. Tengo un hueco y no es hambre, pido pasta de cualquier manera, en algún momento debo comer dicen los expertos.
Llega el vino de cortesía, siempre tengo mis reservas respecto al vino, difícilmente me gusta, lo sirven, tenia aspecto de haber sido creado en los mismísimos Abruzos, no quiero tener falsas expectativas y lo pruebo dándole un pequeño e incrédulo sorbo. Magistral, simplemente magistral, soy el único que lo piensa, así que me doy a la tarea de acabarme todo el resto de la jarra, conforme pasan los minutos mi paladar se deleita con el celestial brebaje y una exquisita pasta, demonios parezco yo el festejado, recuerdo la razón de la comida y el vino y de la familia reunida, propongo un brindis por la festejada, en ese instante, todos descubren mis intenciones, liquidar hasta la ultima gota, alguien menciona que debo conducir de regreso, le arrojo las llaves del auto a mi padre y prosigo con mi tarea, relleno mi vaso, las uvas y manzana han producido un efecto de endulzamiento que mejora exponencialmente el sabor. Diantres, que momento será el adecuado para pedir una nueva jarra? . Calma chico, no has llegado a la mitad de la actual, no pienses de mas, concéntrate y sigue constante, un trago mas, un poco mas de pasta, deja que la mezcla se fusione en las entrañas, deja que el sabor llene ese vacio, deja que el tinto se lleve las lagrimas.
Comemos en silencio, ayuda y es confortante, evita mi pena de mostrar una sonrisa falsa, una sonrisa que demuestre absolutamente todo lo contrario, otro trago, buen vino, buena pasta, buen silencio, pura miseria. Llega el mesero, le pregunto el nombre del vino, dice que es de la casa, es italiano señor, por un momento creo que se refiere a mi y pregunta mi origen, abandono la idea y regreso al punto, lo felicito, le aplaudo, mi padre pide otra jarra, pienso en si debería besarle la mano, lo creo exagerado, solo asiento y hago un gesto de agradecimiento, lo recibe y sigue el silencio, otro trago, en momentos así descubres tu carácter y lo verdaderamente fuerte que eres, sobrevives una vida cobarde o tomas un cuchillo y procedes, mientras, otro trago.
Se levantan de la mesa, uno por uno, no dan muchas explicaciones, solo dicen no tardamos, termina con tu vino, me quedo solo, contemplando todas las sillas vacías, no solo una, mirando a la gente pasar, tratando de entenderlo todo, si mis ojos les dicen algo, viendo como los demás conversan entre si, otro trago, salud, reviso mi vaso, tiene forma y color, manzanas y se va llenando con mi dolor.
Sigo con mis tragos constantes, un ritmo adecuado para evitar caer ebrio, una buena oxigenación decían los profesores, eso evita la borrachera, pero que evita la miseria?, para eso no te preparan, eso no te lo enseña nadie, tienes que aprenderlo a la mala, con lagrimas, contando kilómetros, días, horas, minutos, otro trago, ahógate, es el momento, acaba con todo, que todos los que te ven bebiendo solo, no sospechen nada, las noticias, chico prometedor intoxicado por buen vino, no se conocen las verdaderas razones, creo que ni tu lo sabes, o quieres evitarlas, olvidarlas, yo que se, otro trago. De cualquier manera no existe justicia, no existen las leyes, no existe nada lógico, que caso tiene que el destino al cual le fuiste fiel, ahora te ponga en una situación así, tanto tiempo deseando que llegara a tu vida y ahora esta lejos, días y noches rogando y rezando devotamente, dibujando bocetos mentales, una espera larga, al fin la encuentras, y ahora, bebiendo solo, en una mesa vacía, con sillas vacías, con un vaso vacio, una jarra vacía y el alma vacía. No te quejes, fue una hermosa sorpresa que revives con este vino, más de lo que imaginaste, mas de lo que esperabas, siempre más, fue un golpe de suerte, uno de esos momentos brillantes en tu vida, bébete las gotas que quedan y sigue, otro trago.
Empiezo la segunda jarra, esta vez olvido la etiqueta, sirvo hasta el borde del vaso, otro trago, esta vez esta un poco amargo, tal vez absorbió mis emociones, déjalo reposar, deja que se tranquilice, déjalo que se asiente, que tome forma, conversa con el, aunque te crean loco, o ebrio, tal vez el te escuche, tal vez razone y te ayude, otro trago, funciona, reacciona al estimulo, consiéntelo, sedúcelo, otro trago y otro trago mas, por los buenos días, por lo que falta, por el nuevo romance, porque el pasado se vaya al demonio o al menos lo que sobra, porque el futuro llegue pronto o encuentres mas vino en tus días, porque la necesitas ahora mas que nunca, porque no eres nada sin ella, salud por eso, salud por el dolor, salud a la distancia, otro trago… y otro… y otro, y otro, mientras, espero, a que ella vuelva o que alguien vuelva, esperando, simplemente esperando, otro trago, y otro, y otro.